La energía (KI) fluye en nosotros a través de pasajes llamados chakras, y alrededor nuestro en un campo de energía llamado aura. El flujo libre y balanceado de Ki es la causa de una buena salud.
El Ki brinda energía, nutre a los órganos físicos y tejidos al fluir a través de ellos.
Cuando se interrumpe el flujo de Ki, el buen funcionamiento en uno o más órganos y tejidos del cuerpo físico disminuye. Por ende, es la interrupción en el flujo de Ki lo que causa principalmente la enfermedad.
El Ki responde a los pensamientos y sentimientos. Cuando tenemos pensamientos positivos y optimistas, aumentamos el flujo de Ki y nos sentimos mejor. Sin embargo, cuando somos presa de pensamientos negativos, nuestro Ki es interrumpido y aminorado y esto hace que no nos sentimos bien.
Cuando los pensamientos y sentimientos negativos se instalan en la mente, crean una interrupción permanente del Ki, y obstaculizan el flujo del mismo. De esta manera diferentes órganos y tejidos del cuerpo quedan afectados produciendo una disminución de su funcionamiento y, a menos que el bloqueo sea liberado, la persona podría eventualmente enfermarse.
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